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Primero dibujamos un boceto de la idea.

Trabajamos la fundición en el crisol, previo a verter la plata fundida en la lingotera que nos dará una forma cuadrada, o rectangular, o según la forma requerida.

Recocer la pieza es un proceso fundamental para que sea más sencillo trabajarla al momento de blandirla con los martillos o bien, realizar el trabajo con el motor.

Un mazo de cuero nos ayudará a dar forma al metal.

Proceso de fresado con el motor.

Uno de nuestros procesos favoritos se trabaja en el horno: “la cera perdida” cae al árbol de fundición.

Luego pasamos al proceso de vulcanización.

Modelamos en cera la pieza bocetada para ayudarnos a visualizarla antes de pasar a los materiales duros.

Una vez la pieza ha pasado por los procesos de vulcanización, obtenemos así los moldes de hule.

¡Es hora de trabajar el metal! El proceso orfebre más espectacular es la soldadura de nuestra pieza, ¡el nacimiento de una joya única!